viernes, 13 de junio de 2008

La playa

Un día de playa, un aburrido, caluroso y agobiante día de playa mas, José acostado en la arena se encerraba en aquella novela que por suerte había traído para pasar las horas. Todavía no entendía como él había aceptado ir de vacaciones al mar con lo mucho que le disgustaba, hubiese preferido diez veces, mil veces mas ir a Córdoba, a la magnifica tranquilidad de la sierra, pero no, por mayoría de votos se había elegido Mar Del Plata.
Habían pasado ya cuatro de los seis días de vacaciones que su trabajo le permitía tomarse, y lo había soportado bastante bien; había soportado la molestia de la arena metida en cada recoveco del cuerpo, las colas de los restoranes a la noche, las miles de sombrillas, los doscientos veraneantes por metro cuadrado que saturaban la playa, los molestos chicos jugando a la paleta, los viejos jugando a ese juego con discos de que se lanzan del cual no recordaba el nombre ni le interesaba recordar, había soportado las discusiones de la familia ante cada elección y había salido airoso de todo eso.
Tan mal no me fue -pensaba- después de todo solo quedan dos días y vuelvo a Buenos Aires, jamás pensé que extrañaría la oficina, con lo que la odio, pero creo que es un poco menos horrible que la costa.
En todo eso pensaba mientras clasificaba con resignación la fauna autóctona de la región, que consistía en un grupo de señoras de la tercera edad que se asoleaba más de lo aconsejable, varios niños divididos entre los que construían castillos de arena y los que destruían los mismos, una veintena de adolescentes que caminaban de aquí para allá escondiendo panza disimuladamente y trabando los pectorales de una forma muy graciosa, varios hombres que parecían no haber escuchado nunca de la existencia de algo llamado gimnasio, ni de algo llamado dieta, y varios grupos de chicas jóvenes que se codeaban entre ellas y señalaban al musculoso y dorado bañero que indiferente miraba el horizonte creyéndose algo un poco mas que un dios; cuando de pronto la vio, por un momento no creyó en lo que sus ojos le decían, pero ahí estaba, a solo unos metros de él, recostada sobre una manta de playa, llevaba una diminuta biquini que apenas podía contener su voluptuoso cuerpo, que parecía tallado en el mas puro bronce, sus piernas resplandecían con el sol y el viento peinaba su pelo rubio hacia un costado dejando descubierto el rostro mas bonito que jamás hubiese visto, sus ojos parecían el reflejo del cielo y como si fuera poco apuntaban directamente... a él. Su primera reacción fue torpe, sin pensar se levanto y giro hacia los lados tratando de corroborar la presencia de otra persona a su lado a quien estuviese mirando la preciosidad rubia pero no, era a él; este movimiento pareció divertir a la señorita que sonrió dejando ver una fila de blanquísimos dientes enmarcados por unos labios que saciarían el hambre de cualquier bestia salvaje, y con un suave movimiento de su mano lo invito a acercarse.
En ese instante el mundo dejo de girar, desapareció la gente y el ruido, solo estaban el cielo, el mar, él y ella. Él se acerco lentamente, como el zorro sin domesticar de El principito, hasta llegar a menos de un metro de distancia de ese oasis con forma humana que había encontrado.
Hola, mi nombre es Mariana, cual es el tuyo? - dijo -.
Eeee, eeesteee, José - respondió con un hilo de voz -.
Mirándola de cerca era más hermosa de lo que le había parecido, y sacando fuerzas de algún recóndito lugar pregunto - Estas sola?
-Si, sola, hasta que viniste, hace cuatro días que te veo y llegue a pensar que jamás levantarías la vista de ese libro.- dijo mientras lo miraba inocentemente-
A mi? Vos me estas cargando no?- respondió sin entender-
Si, a vos tonto, hace cuatro días que te veo y cada día me gustas mas – le retruco acercando un poco su contorneado cuerpo al de él-
Esto era mas de lo que su mente podía soportar, como era posible que esa princesa rubia lo vigilara hace cuatro días y el no se diera por enterado, tan pelotudo era? tan buena era la novela que leía como para perderse a ese bombón? no, para nada, si era un policial berreta que compro en los saldos de una librería, ese libro que tanto había querido por considerarlo salvador no era mas que una venda que no le dejaba ver la hermosa realidad que se estaba perdiendo.
Decidido a no dejar pasar un minuto mas, le dijo mientras sentía que se perdía en sus ojos – Yo acabo de descubrirte y no necesito mirarte cuatro días más, con estos 5 minutos me alcanza para decir que vos también me gustas, y mucho…- mientras estrechaba aun más la estrecha distancia que separaban sus cuerpos.
Su aroma le rompió el cerebro, y perdido en un éxtasis de lujuria la tomo de la cintura y la beso, la beso apasionadamente, la beso como jamás había besado a ninguna mujer, y ella respondió el beso, y valla que lo respondió, sus labios se recorrían y se fundían hasta no diferenciar uno del otro, se besaban con tanto arrebato que sus dientes se chocaban hasta casi estallar, sentía como su busto se apretaba contra su pecho, y voces, voces lejanas, voces que no quería escuchar… José…, José…, papá…, paaapaaaá …
- Queee..., que pasó…?, - exclamo aturdido.
- No se estabas como embobado mirando el mar – dijo su mujer mirándolo extrañada.
- Si papá, y tenias una sonrisa de idiota!!- comento divertido su hijo
- Para mi que te hizo mal el sol, te dije que te pongas una gorra - le recrimino- lo único que falta es que te insoles y te tenga que cuidar los últimos dos días de vacaciones.

8 comentarios:

Alejandrito dijo...

Es la primera vez en mi vida que escribo un cuento, espero que disfruten leyendolo tanto como yo escribiendo.

Ayelén dijo...

Ale, me encantó.
Nada de dudas, lo hacés muy bien.
De verdad, me re gustó.
:)

Anónimo dijo...

Be: Este cuento no es mas que un reflejo de mis mas profundos deseos... Cuando vas a venir y me vas a besar asi? Tuyo... Fer

Flacha dijo...

Se tendria q haber volado colgado del sueño.
Muy lindo cuento Be
Fer se termino de hacer gay? Ustedes y su amor a veces me dan miedo
(Hola fer, te quiero mucho)

Alejandrito dijo...

Aye, gracias por la buena onda y por aguantarme con mis nervios de estreno jajaa.

Hola Fer bienvenido a mi blog, veo que mi cuento saco a relucir tus deseos ocultos de probar cosas nuevas, a ver si tu proximo franco me avisas antes y vamos a la parrillita.

Flacha, ayer se me ocurrio otro cuento asi que ya le voy a dar forma, en cuanto a Fer todos sabiamos que algun dia se destaparia la olla, pero yo igual le voy al Necaxa

Flacha dijo...

Fer a mi ni un te quiero me dejo en el blog. Me puse celosa.
Lo de Necaxa no se q es.

Soledad Di Pasquale dijo...

me encantó!!! :)

muchos besos desde esta galaxia!

Alejandrito dijo...

Flacha, basta de crear conflictos que ya bastante hay en el pais.
Maria soledad, me alegra que le guste mi cuento, hoy subo otro que escribi el finde.